jueves, 5 de septiembre de 2013

Un encuentro fugaz, hermoso,
cercano a lo divino.
A lo extraño ajeno,
quizá lo más dulce que he vivido.

Te empeñaste en hacerme sonreír 
y no me queda más que llorar,
que no he encontrado consuelo
tras dejarte marchar.

No sé si será en ésta
u otra vida cuando por fin,
sea o no casual,
se fundan entre mis dedos
tu ternura y suavidad.

Qué hastío el mío
cuando espío tu bondad,
pensar que algún alma enferma
de apenarte fuera capaz.

No sanará esa herida
nunca de tu corazón
y es lo que más cuesta aceptar,
mas seguro que podrás dar
lo que quede de él, y es mucho,
a un nuevo amanecer
y hacerle, como a mí,
disfrutar y sonreír.

A la espera quedo del reencuentro,
de una nueva oportunidad.
Tenue y débil es el grafito
con el que intento expresar
aquello que sentí
y es en ti en quien confío.

Calmo ronroneo,
afable caminar,
tierno en tus intentos 
de ahormar mi voluntad.

Manso en tu desvelo,
cortés en tu maullar,
nada borrará
tu encanto en mi pensar.

Un encuentro fugaz, hermoso,
cercano a lo divino.
A lo extraño ajeno

por designio natural.


No hay comentarios:

Publicar un comentario